La playa de Berria en Santoña, linda con el penal de El Dueso. Me impresionó el hecho de que junto a un lugar tan bonito, se encontrara otro tan oscuro y triste. A los presos les debe llegar el olor a mar, e incluso puede que alguno pueda divisarlo desde su celda. No sé si ésto es un privilegio respecto a otras cárceles. o una condena doble por rozar la libertad con la vista pero no poder disfrutarla.